jueves, 17 de marzo de 2011

COMO SI DE UNA VIDA SE TRATASE


Dos de la madrugada.
Poca distancia entre los dos. Comienzan a charlar y el efecto empieza a notarse, nunca se habían visto antes pero no había nadie más y parecía temprano para irse. 
Cuatro de la madrugada.
Cogen sus chaquetas y salen del bar, el camino prometía ser largo. Se acercan lentamente y lo que sienten es demasiado fuerte como para dejarlo. 
No se acordaron para nada que aún eran auténticos desconocidos. 

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