Sigo esperando en el mismo sitio donde me dejaste.
Tirada como un viejo peluche,
ese con el que ya no te diviertes,
con el que ya no tienes ganas de jugar,
de reir,
de pasar la mayoría de tus tardes.
Pero no tengo fuerzas para levantarme
porque la cuerda se agotó ya,
ya está encogida del todo y ya no tiene camino.
Ese que cruzaba todos los días, y que ahora tanto le cuesta pasar.
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