domingo, 10 de octubre de 2010

Viento que roza, luego llueve, y el sol intensifica su calor, siempre por dentro. No sabría explicártelo, solo lo siento. Cuando sé que está ahí, si sigue aproximándose, sucede.


Me siento diferente, como una burbuja flotando en el mar, en el cielo. Cuando pasa de largo, esta se explota, entonces todo desaparece, aunque no del todo. Impaciente espera, espera a que suceda de nuevo, añorándolo como si pasasen años, echándolo tanto en falta como si no volviese, como si de morir se tratase.


Prefiero mil mentiras a escuchar que no lo sientes. Repítemelo mil veces. Hasta el anochecer, cada día, en cada momento.

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