lunes, 18 de octubre de 2010


Una línea separa lo bueno de lo malo, lo fácil de lo difícil, la verdad y la mentira, la realidad y la fantasía.

A veces te pones a pensar, ¿En qué lado estoy de esa línea? ¿Me quedo en éste o en el otro? ¿Hacia dónde debo tirar?.
Y me pongo a llorar, porque pasadas unas horas pensándolo, sigo sin saberlo, sigo sola en este cuarto. Posibilidades, esperanzas, mentiras, verdades, seguir viviendo en la medio-fantasía o salir a la realidad. Afrontar los problemas caminando hacia delante, de tu mano, de la de ella, de la de él, de la de ellos…
Piénsalo un instante, dime, ¿qué piensas tú sobre esto? ¿Qué te parece? ¿Lo ves desde mi lugar, o solo desde el tuyo? Yo me pongo en los dos, y la razón va repartida casi por igual, aunque uno tenga más que el otro.
Date cuenta, lo siento, pero no lo puedo remediar, a lo mejor es una locura, si. Pero ¿acaso luchas tú contra tus sentimientos? ¿Acaso puedes hacer como que no lo sientes? Yo no.
A lo que iba, échame una mano, ayúdame a saltar al otro lado y poder seguir caminando hacia delante, saltar estos obstáculos y, sin mirar atrás, olvidarlo todo.

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