lunes, 8 de noviembre de 2010

me encanta, porque nadie se da cuenta de mis lágrimas cuadradas.

Hoy me he levantado y el dolor me apretó los dientes. Por el pasillo me olía a café pero de repente he caído en la cuenta de que no estás tú. Me volví a la cama y apague la luz, empezó pidiendo tiempo y el espacio que quería era casi exterior.  Ya sé que esto es ley de vida, pero más bien es vida sin ley.

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